LIBRE??



Con la levedad y la dulzura que queda después de un encuentro imprevisto y fugaz con esa persona vista, probablemente, por una sola y única vez en la vida.
Después del sexo sin roce y el amor sin tacto,
queda la tranquilidad por haber dejado ir cadenas, el entendimiento se agudiza y nos muestra que los mejores amores son aquellos que no perpetuán a eso otro físicamente a nuestro lado.
Amores que quizás no puedan llamarse así pero que brindan un instante de dicha perpetua.

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