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Mostrando entradas de marzo, 2012

El síndrome Ricardo Arjona

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Por que la realidad supera la ficción, y el mundo rosa esta apartadísimo de esta. Por que hoy no reconozco al hombre tras el teléfono, aquel que siempre estuvo tras la línea pero que por esa tendencia femenina de ser salvadoras de hombres nunca vemos, el perfecto extraño que siempre fuiste hasta ahora se revela claramente frente a mi, ante mi incredibilidad y con un asombro del que quisiera despertarme de golpe como quien lo hace de un mal sueño interminable, absolutamente agobiante y doloroso, doloroso por el tiempo perdido, por esa ciega fe en los milagros del amor, por el desgaste de los buenos sentimientos. Ese tu verdadero tu, el que niegas y escondes tras una cantidad interminable de palabras dulces robadas de otros, por eso a lo que denomino el síndrome R.A de esconder tras palabras hermosas su fuerte tendencia a atentar contra la mujer que se dice amar, ese síndrome de los que suplen su virilidad con maltratos de toda índole hacia sus parejas. No es fácil despertar del h

AMOR ROTO

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Por que su amor, el de ella, no entendió su extraña manera de amarla y este , su amor, se canso de esperar un hombre en el cual confiar, que llenara sus días de luz, que le tendiera siempre la mano, que entendiera la importancia de la honestidad y creyera en ella por encima de todo; su amor, se quedo esperando aquel que velara su sueño en las noches. A pesar de lo que parecía evidente (por eso de querer creer siempre) esperaba a alguien que protegiera su humanidad, aunque su semblante siempre había parecido fuerte, ella siempre espero aquel que corriera por imposibles hacia ella, que llenara su vida de flores, que recorriera su cuerpo con absoluto detalle y por ende conociera sus mas profundos abismos y miedos.  Ella aguardo por la dulzura, la poesía, el delirio y así esperando, nunca llegaron las tardes de lluvia con el aferrado a ella, ni las caminatas sin rumbo aparente, tampoco llegaron las canciones ni los detalles, por el contrario el se encargo de llenar cada día de tristez