Eloisa

No logro recordar mi corazón antes de convertirse en un coleccionista de dudas. No hay perdones mas imposibles que los que se derivan de las dudas (Eloisa).

Hay días en que no hay ganas ni para levantarse de la cama, días en  que nada te distrae de tus propios pensamientos que te sustraen de cualquier realidad posible, pensamientos que agolpan un montón de sensaciones. Días de nudos en la garganta que no se solucionarían con un grito y donde ningún acto podría exteriorizar todo lo que se siente adentro. Esa tristeza que no se soluciona con lágrimas y cuya expresión más plausible es el llanto seco, la queja, el lamento que no se hacen posible por eso de mantener la cordura ante la sociedad, donde colapsar no es una opción para las personas "normales", donde hay que guardar la compostura aunque por dentro se sea el más profundo mar de lágrimas. A las mujeres “grandes” no se nos es permitido llorar por tonterías y debemos asumir las infinitas derrotas de la vida con frivolidad, mientras se escapan el amor, los sueños y las ganas, todas cosas sin importancia para la gente de más de cierta edad, pues se debe crecer y conver

"Q ué fácil callar, ser serena y objetiva con los seres que no me interesan verdaderamente, a cuyo amor o amistad no aspiro. Soy entonces calma, cautelosa, perfecta dueña de mí misma. Pero con los poquísimos seres que me interesan… Allí está la cuestión absurda: soy una convulsión. De allí proviene mi imposibilidad absoluta para sustentar mi amistad con alguien mediante una comunicación profunda y armoniosa. Tanto me doy, me fatigo, me arrastro y me desgasto que no veo que instante de liberarme de esa prisión tan querida. Y si no llega mi propio cansancio, llega el del otro, hastiado ya de tanta exaltación y presunta genialidad, y se va en busca de alguien que es como soy yo con la gente que no me interesa".  Alejandra Pizarnik. (Diarios)